Horacio Córdoba, que fue arrestado luego de prestar declaración, se habría encontrado con el principal sospechoso la madrugada del crimen
El informe del Departamento de Homicidios, al que tuvo acceso Infobae, cruzó el análisis de teléfonos de la Dirección de Tecnologías Aplicadas, dependiente de la Superintendencia de Investigaciones en Función Judicial, y el registro de las cámaras de seguridad.
Los agentes llegaron a la conclusión que, pasada la medianoche del 19 de julio pasado, Córdoba se movilizaba en un Ford Mondeo de color negro y sin patente, cuando se registró su celular en inmediaciones del emprendimiento “Renacer” de la localidad de General Rodríguez, al que se había dirigido Pérez Algaba para cobrar un dinero que le debía Maximiliano Pilepich.
Al mismo tiempo, una cámara captó al Ford Mondeo a las 0.33 en Ruta 7 y Granaderos, en inmediaciones al predio de General Rodríguez.
Más tarde, a las 01.49, lo registró una celda “como de salida”, que coincide con la hora en la que el auto se retira del emprendimiento y es registrado por una cámara municipal en Ruta 7 y calle Lamadrid.
Luego, a las 02:02, las antenas lo ubican en inmediaciones de Acceso Oeste y Puente Graham Bell, en el partido de Moreno. En ese mismo momento, el Ford Mondeo ingresó a una estación de servicio situada en el mismo punto.
Los investigadores vieron en las cámaras de la estación de servicio cómo el auto entra y detrás lo sigue la Mercedes Benz G500 de Pilepich.
De a cuerdo a las imágenes, un hombre desciende de la camioneta (que sería el emprendedor inmobiliario) y se acerca al vehículo en el que estaría Córdoba, le dice algo y vuelve a subirse a la Mercedes Benz que aún no fue hallada.
El comisario de la Policía de la Ciudad quedó detenido este jueves tras ser indagado por el fiscal Marcelo Domínguez, titular de la Unidad Funcional de Instrucción 5 de Lomas de Zamora.
Domínguez, al igual que a Pilepich, le imputó el delito de “homicidio cuádruplemente agravado por el empleo de arma de fuego, por concurso premeditado de dos o más personas, por alevosía, por placer y codicia”.
El agente, que fue pasado a disponibilidad este lunes luego de conocerse su imputación, trabajaba para Subsecretaría de Tecnología e informática del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño. A su cargo tenía el monitoreo de los efectivos y móviles de la Ciudad.
Los investigadores creen que Córdoba le facilitó a Pilepich el celular con el que se comunicó desde el 18 de julio pasado, el día que habrían asesinado a Pérez Algaba, con sus cómplices, entre ellos, Nahuel Vargas, que cayó también este jueves. El móvil que utilizó el emprendedor inmobiliario desde el 18 al 25 de julio, pertenecía a una partida adjudicada a la cartera de seguridad porteña.
Debido a que Córdoba es especialista en tecnología de las comunicaciones, el fiscal sostiene que le prestó asesoramiento a Pilepich para eludir la investigación en su contra. El funcionario judicial notó que el principal detenido realizó varios movimientos para despistar, en ese sentido: apagó y prendió los dispositivos en diferentes momentos y lugares.
Sin embargo, no logró engañar a los detectives de la DDI de Lomas de Zamora que lo arrestaron en Paso del Rey, luego de permanecer un día prófugo.
Este jueves ya eran nueve los detenidos que tiene la causa en manos del fiscal Domínguez. Además de Córdoba, cayeron Vargas, Pilepich, Blanca Gladys Cristaldo, Luis Alberto Contreras, Gastón Carrizo, Matías Gil, Flavia Bomrat y Alma Nicole Chamorro.
Este jueves también declaró Contreras, conocido en la zona de Lomas de Zamora como “Pepe Tiratiros” o “Pitón”, quien confesó su participación en el crimen y despegó del caso a Chamorro, su hermana, la primera detenida de la causa.
A la vez, Contreras reveló que Gil, empleado de empresario detenido, intentó disuadirlo de declarar y aseguró que le dijo a él y a Carrizo que si “Pilepich lo dejaba tirado, tenía un as bajo la manga”. Se refería, según su versión, a varias propiedades que tenía a su nombre, entre ellas, el predio de General Rodríguez.
Para el Ministerio Público, el crimen del empresario Pérez Algaba fue cometido por una deuda de 50.000 dólares y 17 terrenos que el imputado Pilepich debía entregarle a la víctima, quien, con el fin de cobrarla, fue la tarde del 18 de julio pasado hasta el predio “Renacer” de General Rodríguez a encontrarse con él.
La desaparición del empresario fue denunciada al día siguiente por la dueña de un departamento de Ituzaingó que la víctima había alquilado de manera temporal. Al no tener noticias suyas, la mujer se presentó en una comisaría para radicar un pedido de averiguación de paradero.