La primera es una ley marco de seguridad pública que fije los conceptos básicos y la tarea del Estado, complementada con cambios al funcionamiento de la policía, el servicio penitenciario y la justicia. Encabeza la lista «Unamos fuerzas», una de los cuatro que integran Juntos Avancemos.
«El día después de las Paso no será parecido ni al de 2019 ni al de 2011. Tenemos muchas mas posibilidades de unirnos como en el 2019, pero necesitamos construir esa unidad como no se construyó en el 2019. En el 2011 la cosa estaba muy rota y no había manera de pegarlas, porque el peronismo no estaba definiendo formas de conducirlo, sino proyectos. Y en el 2019 sintetizamos un proyecto y la unidad vino casi como un clamor de la sociedad. Lo que los dirigentes políticos políticos no debíamos hacer era entorpecerlo. Hoy, la máxima del peronismo, el que gana conduce y el que pierde acompaña, ya no se cumple implícitamente», dice, al tiempo que se compromete, en caso de ganar las elecciones, a convocar a los que pierden, «con la idea de compartir un programa, un proyecto político y el gobierno. Espero que si me ganan algunos de los que están compitiendo, hagan exactamente lo mismo, porque si no comparten el programa, el proyecto y el gobierno, difícilmente me pueda sentir parte de una propuesta política.
-Dentro de Avancemos Juntos, hay quienes proponen continuar con la gestión ¿Ustedes marcan algunos puntos o contrapuntos en algunas áreas?
-Sí, nosotros creemos que el gobernador tiene su candidato que se llama Marcelo Lewandowski, y tiene también un candidato híbrido que es Marcos Cleri, porque la inclusión de Rodenas en la lista de Diputados también implica de alguna manera continuar con un determinado sistema de relaciones y de construcción política. Nosotros nos paramos por afuera de eso, no renegamos ser parte de un peronismo que ha tenido buenas y malas, como todas las gestiones, pero tenemos un enfoque diferente sobre algunas cosas.
-¿Por ejemplo?
-La política de seguridad. Para nosotros tiene que construirse con una perspectiva de política pública, no de política gubernamental. Tráfico de estupefacientes y consumo de drogas hay en todo el país y en todo el mundo. El problema es que los niveles de violencia que la sociedad vive en Santa Fe no se han visto en ningún otro lugar de la Argentina. Tenemos la idea de política de Estado, que implica el desafío de hablar con el que piensa diferente. Ahí es donde vamos a buscar un punto de partida para trabajar sobre problemas muy sensibles.
– ¿En que tipo de políticas de Estado están pensando?
– Trabajar sobre cuatro ejes bien concretos. Una reforma normativa a la ley policial que es de 1975, con un intento de reforma que fracasó y a la del Servicio Penitenciario que es de 1978. No hay una ley de marco de seguridad pública que fije los conceptos básicos y la tarea del Estado. Y necesitamos avanzar en una ley de control ciudadano junto con dispositivos normativos locales. Hay que dar herramientas a los intendentes para que frente a una problemática cada vez mayor, tengan herramientas concretas para poder trabajar. La policía municipal es una opción. Consejo de seguridad local es otra. Y todo lo que tiene que ver con fuerzas preventivas locales, con tareas diferentes a la policía pero complementarias a la seguridad.
– ¿Elegir el comisario también?
– Es una discusión que hay que dar. Lo concreto y lo real es que la democracia en la Argentina, a 40 años de haber regresado, no sabe qué hacer con la policía. Y nosotros tenemos que volver a encontrar un lugar para que la policía aparezca en el ideario colectivo como parte de la solución y no del problema. Para eso es necesario regenerar las carreras policiales y ampliar la oferta en materia de seguridad, no solamente la escuela de policía, como apostar a la licenciatura en seguridad pública y a carreras vinculadas al tema. Y, finalmente, hay que mejorar considerablemente la capacidad de respuesta de la policía.
– La seguridad tiene también una parte social.
– Ahí creemos que hay que hacer un gran acuerdo político para implementar un plan quinquenal de inversión en los barrio en servicios y fundamentalmente en las escuelas y los clubes. Nosotros vamos a trabajar en un programa escolar muy fuerte, no solamente sobre las trayectorias educativas, sino también en las mejoras edilicias. Son 5.200 establecimientos en la provincia de Santa Fe y vamos a tratar que mil por año recuperen calidad educativa a partir de la calidad edilicia. Finalmente, ya lo vengo diciendo, voy a crear un Ministerio de Deportes y de la ley de financiamiento deportivo. El 1% de la tasa de exportaciones portuarias significan 7.500 millones de pesos que voy a destinar solo a los clubes de barrio y a infraestructura deportiva.
Justicia y seguridad
– ¿Cuál es la idea con la Justicia?
-Santa Fe necesita abordar la problemática de la Justicia. Tenemos un sistema de avanzada en la persecución penal, una Ferrari pero con un motor de FIAT 600. Los operadores del sistema no han dado respuesta. La Justicia es un poder que quedó claramente con un sesgo corporativo muy fuerte. Está de espaldas a la sociedad. Nosotros vamos a tratar de que la política y la sociedad vuelvan a discutir un rol central.
– Hay consenso respecto a la necesidad de una reforma policial, no así la manera de abordar la violencia. Hay quienes proponen abordarla priorizando lo social y hay quienes quieren entrar a los tiros a los barrios. ¿Cuál es tu idea respecto a como abordar el tema de la violencia y del narcotráfico?
-Primero, hay que abandonar esa discusión casi obsoleta de garantismo o punitivismo. Eso es un discurso que solo sirve para llenar una biblioteca de frases hechas y lugares comunes pero de pocas soluciones para la gente. Está claro que se necesitan las garantías mínimas para hacer una buena política punitiva. Pero yo creo que la idea de instalar la discusión tiene el sentido de volver a ubicar la política de seguridad en manos de la propia policía y no de la política. Segundo, me parece que hay que lograr relegitimar la fuerza. Yo no creo que la policía sea parte del problema, tiene que ser parte de la solución. También creo que 1.500 efectivos federales no van a solucionar lo que no solucionan 25.000 mujeres y hombres. Respecto al tema del narcotráfico, hay que pensar claramente en dos o tres otros temas que hasta hace años no se discutían como el de la inteligencia criminal. Una buena agencia de inteligencia, que es lo que el organismo de investigación no hizo.
– ¿Por que no lo hizo?
-Porque el MPA, es un coto de la política y no es un organismo autónomo. Y también hay que trabajar en el establecimiento de una Justicia federal que en Santa Fe no tiene participación como debería tener. Yo valoro la ley de fortalecimiento de la Justicia. Ahora, también le agregaría auxiliares fiscales de la Procuración Nacional de la Nación, fortalecimiento de la UIF, creación de una fiscalía específicamente dedicada a la criminalidad. Y le abordaría claramente la idea de generar una justicia provincial que comenzará específicamente también a abocarse sobre el delito complejo vinculado con el lavado de dinero, que es un tema muy sensible, del que en Santa Fe y Rosario no se habla mucho.
Recursos
-¿De dónde deberían salir los recursos para encarar las reformas y propuestas que plantea?
-Santa Fe tiene una recaudación muy importante, pero creemos que hay que rediscutir la matriz distributiva de los ingresos a partir de la matriz tributaria. Nosotros vamos a proponer aumentar los impuestos directos y bajar los indirectos y vamos a tratar de hacernos de una masa de recursos. Si las exportadoras de cereales pagaran ingresos brutos, por ejemplo, la provincia podría tener una importante recaudación que en materia de infraestructura escolar se podría notar inmediatamente. Además de eso, estamos hablando de una provincia que tiene muchísimos recursos. Y también debemos dejar de discutir cosas que venimos discutiendo hace 40 años en Santa Fe y están agotadas, por ejemplo si es campo o industria. Para nosotros es campo e industria. Y hay que hacer un esfuerzo para vincular el campo con la industria, agregarle valor a la materia prima, generar una potenciación muy fuerte. Para eso vamos a trabajar en otra herramienta que parece central como la creación de una banca pública para el desarrollo del crédito productivo e hipotecario para sectores populares.
– ¿Por qué el peronismo perdió y no pudo recuperar una parte importante de su electorado vinculado con la producción agropecuaria, la industria? ¿Por qué no pudo construir una propuesta que los incluya, no a todos, pero sí a una parte de ese sector en un proyecto productivo, provincial y nacional?
-Porque en los últimos 15 o 20 años nos hemos transformado en una fuerza política que ha hecho de lo ideológico casi un dogma, lo cual no es saludable si se pretende ser una fuerza política de mayorías. Lo segundo es que ese dogmatismo ideológico e intelectual nos recluyó en las grandes urbes. Pasamos a ser una fuerza con características urbanas y progresistas. Y eso, confundiendo el discurso y no entendido del fenómeno de la producción, nos llevó a cometer errores estratégicos en la conformación de nuestro discurso. Le hablábamos a un sujeto que no representábamos y le dejábamos hablar a un montón de gente que sí representábamos. El desafío de esta etapa es volver a conciliar el discurso del peronismo con un discurso de la mayorías y con una profunda raigambre productiva, ya sea en lo industrial o en lo agropecuario.
– Respecto del tema económico, hablaste de promover actividades económicas y productivas. Es notable el porcentaje de participación en el PBI provincial que tiene la soja, mientras hay mucho más dinámicos, que generan mucho más valor en términos relativos, que incorporan conocimiento y tecnología, como la biotecnología para poner un ejemplo, que requieren un impulso o un apoyo mayor del Estado para potenciarse ¿Cuánto se puede hacer del Estado santafesino en ese tipo de actividades?
-Muchísimo, porque es una provincia que tiene un perfil productivo, con una dirigencia empresarial muy fuerte, una sociedad muy emprendedora y una provincia con recursos naturales muy muy importantes. Hay que generar un proceso de inversión estratégica en algunas áreas que nos permitan potenciar lo que tenemos. Para eso hay que tener la decisión política de construir una alianza estrategia con el sector privado más algunas herramientas que Santa Fe ha perdido y no ha vuelto a recuperar. Por eso me parece central el tema de la banca pública que apueste al crédito con sentido estratégico. También me parece que deberíamos pensar en armar un mercado de capitales muy fuerte que permita sostenerse, inclusive con la plata de algunos sectores que son los que pueden aportar. Yo planteé la ley de un seguro multirriesgo productivo, que puede monetizarse con la prima que se genera asegurando la cosecha, volcándola nuevamente en esa actividad. Y tercero me parece que hay promover claramente algunos recursos naturales que Santa Fe no está promocionado ni aprovechado. Por ejemplo los 720 kilómetros de costa. Yo estoy proponiendo armar siete astilleros, chapa naval en Villa Constitución, metalmecánica en toda la provincia, que permitan, por ejemplo, que el 30% de las barcazas que circulan por la hidrovía sean santafesinas.
Outsiders y Boleta ünica
-¿Cómo toma alguien que siempre militó en política el ingreso de quien no lo ha hecho?
– Hay que apostar a que la política vuelva a resignificar contenidos y a trazar un programa de gobierno que se acerque de vuelta a las prioridades de la sociedad. Y eso se hace con propuestas concretas. La única herramienta que la política tiene frente a una imagen, una cara conocida, es reivindicar su esencia y trabajar sobre una agenda programática que la reconcilie con la sociedad.
– ¿Por qué aparecen los outsiders?
-Hay que retomar los planteos sobre la insatisfacción democrática. Estamos cumpliendo 40 años del retorno de la democracia y en Argentina no se come, no se educa ni se cura solo con democracia. El nuestro es un país profundamente injusto y la política vive muchas veces en una burbuja diferenciada de lo que pasa en la calle, del común de los problemas de la gente y de un montón de situaciones que hacen que la gente reniegue de la política como herramienta de transformación de su cotidianidad. Difícilmente un político no llegue a fin de mes, tenga problemas de seguridad, le cueste que sus hijos vayan a la escuela o que no participen de un club. Entonces, si no se logra empatizar con problemas que tenés al lado construyendo una propuesta de gestión que realmente vincule a la gente con la política del lugar, vamos a tener esa dificultades.
– Hablabas de cómo la sociedad fue cambiando en el sentido de que antes se votaban programas partidarios y ahora se votan candidatos. Eso es un fenómeno en todas partes, pero en Santa Fe, por el sistema de boleta única, eso se exacerba. ¿Cómo hacer para recuperar terreno, que las ideas recuperan terreno ante las personas?
-Fortalececiendo los partidos políticos. Menos chamuyo, más laburo, menos peleas y más ideas. Propuestas concretas para trabajar en qué queremos hacer y cómo lo vamos a hacer. El problema es que la política hace años que viene discutiendo cada vez más nombres propios, cada vez más colores y cada vez menos ideas. La carencia de un programa y el fracaso de la política en términos de resolver los problemas de la cotidianeidad de la gente ha hecho que retrocedamos a la idea de que cuanto menos participe la política, mejor para la representatividad. Y en realidad es al revés. Lo que se va a conseguir metiendo gente que no tenga vocación real de transformar, es que vas a empeorar claramente la respuesta por parte del Estado.
-¿No tienen pendiente darse un proceso de reconciliación con buena parte de la sociedad, que justamente hace eso para castigarlos?
-También se tiene que ver con la ejemplaridad. Si vos sos un dirigente político, no pasas hambre, no tenés quilombo de seguridad y te alejás de la contidianidad de los problemas de la gente, que cree que vos sos una casta. Yo se lo digo siempre a mis compañeros. Si no querés que te traten como casta, no vivas como tal. Hay que hacerse cargo de que somos parte de una sociedad que tiene problemas y como mínimo tenemos que tratar de empatizar para poder aportar una mirada mucho más ajustada con la realidad que está viviendo.